Consejos útiles para leer las etiquetas de los vinos

Aunque pueda parecer difícil, la lectura de las etiquetas de vino es relativamente sencilla. El truco está en entender sus elementos, uno por uno, y luego juntar toda la información para transformarla en una ficha técnica del propio vino. El proceso de etiquetado varía de un país a otro, pero su base es bastante universal.

Algunos vinos se etiquetan por variedad de uva (que puede ser monovarietal o un vino elaborado con más de una uva), otros se etiquetan por región y muchos se conocen por el nombre. En la contraetiqueta también hay mucha información sobre el vino, dónde se elaboró, su composición y detalles técnicos, lo que ayuda a la hora de elegir un vino para beber, ya que es información que dará alguna pista sobre lo que se puede esperar de él en cuanto a sabor.

 

Vinos etiquetados por regiones

Vinos como Burdeos, Chablis, Chianti y Rioja se etiquetan según su región, por lo que también se conocen como “vin de terroir”. Este estilo de etiquetado se utiliza sobre todo en los países vinícolas del Viejo Mundo, como Francia, Italia, España y Portugal. El etiquetado regional procede probablemente de una época en la que muchas variedades diferentes crecían juntas en los mismos viñedos y se mezclaban para hacer vino.

¿Qué nos dice el vino regional? Cada región dicta qué uvas pueden utilizarse en el vino regional. Por eso, para saber qué contiene uno de estos vinos con etiqueta regional, conviene investigar un poco. Por ejemplo, una de las uvas más populares que se cultivan en Portugal, concretamente en la región del Algarve, es la Negra Mole (una uva conocida por su sabor afrutado y rico, que da lugar a vinos extraordinariamente expresivos).

 

 

Variedades de uva

Dependiendo de la uva, las notas de cata y la profundidad del vino variarán, por lo que es importante tener en cuenta con qué uva (o mezcla de uvas) se ha elaborado el vino. Desde los crujientes sabores frutales de un Chardonnay hasta la cereza, las rosas y el regaliz del Nebbiolo, pasando por todo lo demás, la variedad de uva es el primer factor que determina el sabor de un vino. Algunas notas son más dulces, otras más ácidas o ligeras, pueden crecer mejor en determinados climas y algunas se adaptan mejor a procesos de fermentación específicos.

Durante la fermentación se desarrollan los aromas y sabores y se crean olores y acabados familiares. El envejecimiento también es un factor que influye en el sabor del vino, ya que el lugar y la forma en que se envejece un vino afectan a cómo se sentirá posteriormente. Los vinos envejecidos en barricas de roble tienen un sabor más terroso, así como mayores taninos y una estructura más compleja.

 

Grado alcohólico

El nivel de alcohol presentado -normalmente en la contraetiqueta- puede variar mucho en porcentaje y también influye en el sabor del vino. Según el grado alcohólico del vino, se transmite al paladar una sutil impresión de dulzor. El alcohol en el vino también aporta un toque de amargor similar al del agua tónica, que puede ser más o menos perceptible según la potencia del vino. Además del impacto en el sabor, el alcohol también influye en la textura del vino (también conocida como “sensación en boca”) y puede cambiar la forma en que se percibe en el paladar: suave o calcáreo, fino o espeso.

 

 

Productor

Por último, pero no por ello menos importante, el productor o la finca en la que se elabora el vino. Este dato, que suele aparecer en la etiqueta, nos permite saber dónde y quién ha elaborado el vino. Cada productor aporta su propia experiencia y singularidad a sus productos, lo que en sí mismo nos dice mucho sobre el vino (especialmente sobre su calidad).

Un productor puede ser una familia, una empresa o un aficionado al vino. Con esta información en la etiqueta y el conocimiento que nos aporta podemos saber si nuestro vino se elabora a mayor escala o si está hecho con un cuidado y una calidad diferentes.

 

La finca vinícola más antigua del Algarve

Con un ojo en la tradición y otro en el futuro, la Quinta dos Vales sigue produciendo vinos de gran calidad con uvas ricas en sabor y aroma. Gracias al terroir de la región, al clima, a las variedades de uva y a los conocimientos del equipo de enología, los vinos son una prueba obligada para todos los paladares.

Conozca la finca a través de una visita guiada y una cata de vinos comentada y explore lo mejor de la región, ya sea gastronómica, cultural o con las divertidas actividades disponibles durante todo el año.

 

Este texto se publicó originalmente en: https://www.portugalresident.com/tips-on-reading-wine-labels/